En el ámbito laboral, una de las situaciones más delicadas para ambas partes es el despido. Ya sea por causas disciplinarias, económicas o por reorganización interna, entender qué tipo de despido se ha producido y cuáles son sus consecuencias legales es fundamental. En este artículo te explicamos, de forma sencilla y clara, la diferencia entre despido procedente, improcedente y nulo, así como qué pasos seguir en cada caso.
¿Qué es un despido procedente?
Se considera despido procedente cuando la empresa acredita que el trabajador ha incumplido gravemente sus obligaciones laborales, o cuando concurren causas objetivas debidamente justificadas (como causas económicas, técnicas u organizativas).
En estos casos, el despido está legalmente justificado, y el trabajador no tiene derecho a indemnización (si es disciplinario) o recibe una indemnización reducida (si es objetivo). Eso sí, debe respetarse el procedimiento formal y los plazos legales.
Ejemplo práctico: Un trabajador acumula ausencias injustificadas repetidas pese a los avisos. Si la empresa lo acredita, el despido puede considerarse procedente.
¿Qué es un despido improcedente?
El despido es declarado improcedente cuando no se cumplen los requisitos legales exigidos (falta de causa justificada o errores en el procedimiento). En estos casos, el trabajador tiene derecho a ser readmitido en su puesto o recibir una indemnización más elevada.
La indemnización por despido improcedente es de 33 días por año trabajado, con un máximo de 24 mensualidades (para contratos posteriores a 2012). Si es anterior, se aplica un cálculo mixto.
Ejemplo práctico: La empresa despide a un trabajador alegando bajo rendimiento, pero no lo documenta ni sigue el procedimiento adecuado. El despido podrá considerarse improcedente.
¿Qué es un despido nulo?
Un despido se considera nulo cuando vulnera derechos fundamentales del trabajador, como en casos de discriminación, represalia o situaciones protegidas legalmente (embarazo, maternidad/paternidad, reducción de jornada, etc.).
En este caso, el trabajador debe ser readmitido obligatoriamente y tiene derecho a percibir los salarios dejados de cobrar desde el despido hasta su reincorporación.
Ejemplo práctico: Despedir a una trabajadora embarazada alegando motivos poco claros puede ser declarado nulo si se demuestra discriminación.
¿Qué hacer si has sido despedido?
Si recibes una carta de despido y no estás conforme con los motivos o condiciones, lo recomendable es consultar cuanto antes con un abogado laboralista. En muchos casos, los plazos para actuar son breves: solo tienes 20 días hábiles para presentar una demanda ante el Juzgado de lo Social.
En FG Advocats analizamos tu caso en detalle, revisamos la legalidad del despido y te orientamos sobre la mejor estrategia: ya sea una reclamación judicial, una negociación o una posible readmisión.
¿Eres empresa? También te asesoramos
Si necesitas realizar un despido y quieres evitar riesgos legales o futuras reclamaciones, contar con asesoramiento legal es clave. Te ayudamos a documentar correctamente la causa, cumplir con los plazos y tramitar el despido conforme a la ley.
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